Hoy que ya hemos construido la primera máquina quántica, ya se pueden crear maquinas iguales a nosotros, ya podemos hacer cientos de pequeñísimas maquinas mono funcionales que se integren en una estructura más compleja, robot. Eso es lo que vendrá junto con la interfaces sub-dermales. Pero eso será mañana, no hoy. Hoy voy a escribir sobre un complejo sistema de interrelaciones.
Cientos de maquinas mono funcionales, células, integran estructuras más complejas, bichos y plantas, nos incluidos, podemos todos ser entonces el producto bien de dios, la naturaleza ¿aleatoria?, o hijos de algún alíen con retorcido sentido del humor, el hecho es que si lo pensamos fríamente, somos unas maquinas autómatas con un increíble interfaz con el mundo, disponemos de todo un cuerpo (aun sin garantía, ni piezas de recambio, desde luego tampoco viene con guía de usuario), con al menos cinco sentidos para la recolección de datos, con el procesador-disco más sorprendente de todos los que jamás se han visto, hasta hoy, es capaz de funcionar casi 100 años (si se cuida, jaja), realmente los animales, plantas e incluso nosotros con esa ceguera que nos guía, no somos más que bio-maquinas especificas para el mantenimiento de este pequeño ecosistema.