jueves, 29 de septiembre de 2011

El esclavo invisible




Prisions are built with stones of Law,
Brothels with bricks of Religion
Willy Blake




Jornal tras jornal, con sueño malo y poco, pagamos sacrificando nuestras efímeras horas está es nuestra contribución de sangre, esa que activa las tornas de los mercados, es la vida misma. La sangre es derramada por nosotros hermanos en el valle del plástico, por el salario, esa la sal de la vida, nos es dada por la mano del amo, siervo y custodio de la gran hidra del mercado dios de múltiples caras, brazos y bolsillos, un refinado aparato desplegado entorno nuestro, omnipresente, ávido de nuestras sales, pregonando las bondades del 1 primero, cuando este ha sido bueno, ya es mejor el 1.1, todos buscando nuevo y mejor, todos, siempre bueno y nuevo.
Los detalles más inspirados de nuestra doblegación se desvelan en la medida de nuestras Necesidades, a todo lo largo y ancho del globo se ciernen sobre nuestras cabezas, estas inaplazables urgencias tormentas multicolores desatan en 30 segundos nos incendian el deseo o nos roban el corazón, la moda de las estaciones nos somete, el culto de lo fugaz y la euforia de las tendencias.
Este fenómeno de la moda contra el cual competimos sin descanso, tratando de estar. Nos impulsa en esa búsqueda, tienda tras tienda, estación tras estación, hombre, mujeres y niños desfilamos ante los espejos de mil miradas, evaluando, sopesando, en ese acto privado, invocador de narciso por el cual decidimos, esté es, con esa satisfacción de la auto aprobación, nos dirigimos a entregar los segundos de nuestra vida, en los templos dedicados vanidad y la envidia.
Ese poder activo que viene por la sumatoria de nuestras pequeñas pobrezas, que en las tornas de los mercados se traduce como la potencia titánica que de la A a la W, disputan. Los siervos del estado, edecanes de las voluntades corporativas llevan las riendas y obedecen.
Esta impecable Máquina, nos envuelve en sus dulces placeres, vidas prestadas y confort, siempre bien al día. Alimenta esa hermosa y bella ilusión de libertad. Ni Orwell pudo soñar una arquitectura tan perfecta.