martes, 19 de julio de 2011

Libertad perdida



Hoy cada vez que veo el diario, se hace patente que estamos en el fin de una Era, la nuestra, el Occidente tiene alzhéimer de codicia, derivamos en un mar de espejitos electrónicos, sin ton, ni concierto, perdidos en esta tormenta del desengaño político, victimas de los tifones de la crisis inmobiliaria y bancaria, ha dejado a los fuertes del norte golpeados y devaluados, a la gente desahuciada. Brasil y China, alzan la cabeza y dicen, bueno, nosotros queremos tomar el relevo, aunque nuestros hermanos amarillos parecen tener la carrera ganada, lo mismo una mulata al rimo de la samba nos sorprende. En este panorama una única luna brilla marcando el camino de la libertad, con la suela por delante, clamando por cada espíritu libre, llamando a su firmada Humanidad, así nuestros hermanos musulmanes quieren al menos, vivir la misma crisis que nosotros tenemos y eso, es más que comprensible, más aun, estóy seguro que en África, hay gente dispuesta a saltar al mar con un neumático amarrado a la cintura, solo para poder llegar a las Canarias, creo que es el momento para que empecemos a nivelar las cosas.
Entre las idas y las vueltas, vamos vendiendo por jornales nuestra alma, firmamos contratos de sangre que se adueñan de cualquier cosa que escribas, pienses o sueñes, como es posible que las cosas, que yo pueda crear les pertenezcan antes aún de haberlas ideado, corporaciones sin rostro, ni alma, portando la bandera de la propia ganancia esclavizan la Raza. Los horizontes y fronteras chocan al ritmo de los dígitos, las distancias se salvan a velocidades de vértigo, los estados empiezan a agitarse desde su fuero más hondo, las personas empiezan a hacer preguntas, ¿si esto es una democracia, quién a mi me representa?, cómo saben qué hay un estado de derecho se sienten seguros, las sorpresas no hacen esperar.
Es curioso que tenemos el derecho a decir no, pero debemos decir si. Debemos ser libres mas no ejercerlo, siento, que lo que se espera de todos, es que actuemos el papel que nos toca, solo haciendo aquello que sea políticamente correcto. Esto desvirtúa la libertad en la nueva esclavitud. Cómo es posible que yo sea libre, si debo elegir lo que dicta la costumbre, naturaleza, civismo, política o moral. De alguna manera se me enredan las cosas, pues, como es que si puedo, pero no debo, es esto una clase ley no escrita en la sociedad, una paradoja de la libertad, esto cuando lo empiezas a ver en perspectiva parece algo un tanto turbio.
Es a mi entender es el principio primario de la manipulación, gozamos del derecho a manifestarnos, pero si lo hacemos se subvierte el orden establecido, entonces no debemos hacerlo, eso es lo que dicta el acuerdo. Entonces dónde está el estado de derecho, cuándo se considera malo que lo ejerza. Mientras en Islandia a golpe de cacerola nos ha dado una lección de civismo, la caída de su gobierno, no se hizo esperar, con firmeza se enfrento a la banca inglesa y holandesa y les han dicho; no vamos a pagar de nuestras arca su negligencia. Qué gran ejemplo de un pueblo libre, ¿somos iguales?