miércoles, 6 de junio de 2012

¿Qué esperamos de mañana?

El hombre nace libre, responsable y sin excusas.
Jean Paul Sartre

MACHISMO SEXISMO FEMINISMO XENOFOBIA

Todos estos son duras realidades que nos azotan cada día, seguramente ignorantes de una clara verdad, que salta a la vista, todos sin excepción somos MACHISTAS, incluso la gente que dice no serlo como es mi caso, por veces me encuentro con pensamientos de esa índole creciendo en mi cabeza, rápidamente los erradico de la mejor manera que puedo.

«No es por ti, pero los latinoamericanos...», «Es que las mujeres no saben conducir» (Se cumplió mi profecía, gracias chicas, ustedes han demostrado que las motos son vehículos seguros), «Yo no soy racista, pero es que con esa gente...», «Los niños no lloran...», «Las niñas no hacen esas cosas...»

Bueno esta lista de citas podría seguir indefinidamente, pero nos desviaría de lo que quiero decir; todos estos pequeños comentarios que hacemos, los chistes sexistas que celebramos, los comentarios despectivos, racistas, feministas, en definitiva denigrantes, tienen la fuerza de de un látigo, cuando azota a la víctima no podemos decir cuan profundo es la marca dejada, pero son de un impacto modelador, porqué además de resultar un ataque que mella la voluntad, son generadores de la sociedad que los vitorea, los soporta y los difunde. Por ello cuando hacemos cualquier clase de comentarios de carga negativa, estamos formando una hermosa sociedad sexista, racista o simplemente intolerante a las diferencias.

Es ésto un problema de que clase, ¿es de tipo social?, ¿es de tipo cultural?, ¿es educativo?, lo que se es que es un problema acuciante y de colosales dimensiones. Lo penoso es ver a gente decirse "moderna", mas su prontuario de fechorías, los hace falsos a los oídos agudos, mientras otros ríen sus chistes, aplaudiendo la tradición del alma de la fiesta, inconscientes de que cada aplauso y risa refuerzan estos templos de la ignorancia. Pero ahí en las músicas que suenan al tuntún de las tetas, en los dibujos animados, en los programas adolescentes y adultos o a pie de calle, se repiten una y mil veces, fórmulas y clichés de intolerancia, después no queremos ver por que las cosas son como son. Lo peor es que la situación existe distante y solapada, tras la risa fácil y la cómica complicidad. No hay que dejar que está costumbre continué, si queremos que las cosas sean distintas debemos actuar, ahí donde veamos algun@s gracios@s esgrimiendo sus argumentos de intolerancia, es el lugar de actuar, mostrando abiertamente nuestro desacuerdo, claro para esto es necesario mucho valor, ya que esto les granjeará la enemistad generalizada, mas si no actuamos firmemente es hiper improbable que las cosas cambien.

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