sábado, 26 de marzo de 2011

Humanos



Crecí con admiración ciega, a Leonardo, no por ser un gran pintor, eso está bien, mas lo que me enloquecía era esa integridad como ser humano, sabia de todo y buscaba respuestas a todas esas preguntas que acechaban por ahí, luego fuera Darwin, Newton, Arquímedes y siguiendo el desfile otros millares de seres humanos, que bien encontré en libros, luego tuve la oportunidad de conocer alguna gente increíble que luego amaría con devoción, los poetas esos cantores del corazón, ellos que con palabras, tenían el don de fundir el acero del odio, mitigar amores perdidos y desatar tormentas de pasiones.
El arte, la música, gente tan diversa rodea la vida, algunos, presentes otros distantes, algunos capaces de respondernos mil preguntas, otros distantes e intocables testimonios de la trascendencia y por ultimo a todos aquellos silenciados para siempre por la vicisitudes de sino, gracias por ser humanos universales.


Siempre soñé ser como ellos, esa gente capaz de dar un paso fuera del mundo, para luego desentrañar esas evidencias, esas que están ahí, sólo que antes nadie lo veía, así con el corazón en un puño entre en un templo de salones infinitos, más que un templo se asemejaba a un océano de insondables dimensiones, las ciencias abrieron ante mi las puertas, de la evidencia. Mil preguntas hallaron respuestas.
Darwin, gracias por la evidencia aportada por la evolución, con la ironía de Loki siempre presente aquel esquivo eslabón sigue perdido, pero nadie puede negar la evidencia de los dinosaurios, todos la hemos visto, así un mundo de evidencias construyo mis refugios del caos, mientras mi caos lo escribía en la clandestinidad, los terrores y horrores les daba fuga en palabras. Cómo odie aquella profesora que me hizo cambiar el titulo de un cuento por que "la casa maldita" era grosero decía, en realidad lo que ella no le gustaba era que yo a los 9 años escribiera un cuento con ese titulo y donde además morían los protagonistas, jaja que visión clara tuve en aquel cuento, que mutilado por la censura después destruí, le puse "la casa malvada" y los que morían terminaron en el loquero, jaja, el odio de su mirada era delicioso, lo peor es que sólo hoy me doy cuenta, que no era menos malo su aciago destino, cuando pienso en ella recuerdo, la severidad de su mirada, más tarde seguiría contando historias y por lo visto algunos las disfrutan.
Y así con dos mundos uno de valores forjados en la poesía y otro de infinitos números, crecí con el amor por lo humano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dios quien era será esa mujer???
Era dl Codazzi????